jueves, 6 de septiembre de 2012

La primera vez




Desde el mismo instante en que te vi sentí que jamás nada sería como antes. 

Había pasado la noche en vela, aquejada de dolores, sola entre batas ambulantes. En el pasillo las había de todos los colores, a rayas y con flores, más o menos largas, apretadas o sueltas, abultadas todas ellas. En la sala ya solo las había verdes y azules con mascarillas y gorros a juego. Había manos alrededor y hasta dentro de mí. Una voz daba órdenes: ¡Empuja! ¡Respira! ¡Aguanta! ¡Descansa!
Tu llanto fue indeciso, apenas audible. Luego te ví. Una cara color de miel, ojos firmemente cerrados, manitas minúsculas, todo envuelto en un paño verde ola a trasluz. Juraría que abriste un ojo al sentirme, que dejaste de llorar por saberme cerca, mientras a mí se me saltaron las lágrimas.

11 comentarios:

  1. El nacimiento de un hijo, lo mejor de la vida. Aquí va la frase perfecta: Desde la primera vez que te vi, ya nada ha sido igual.
    Tierno relato
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Ese instante Dorotea es tal cual lo has contado, ya nada sería como antes. Llorar de felicidad sintiendolo entre los brazos es la emoción más bella que puede uno sentir.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Doro, qué delicado, que bien relacionas y nos pones en escena, batas de colores y batas verdes, luego, corto y preciso, emocionante, el parto y el hijo.
    No se puede decir más en tan poco, y tú nos dices mucho e intesísimo, besito contento, felicidades mamá desde entonces hasta hoy.

    ResponderEliminar
  4. Nunca olvidaré el momento en que vi por primera vez a mi hija -a ambas-...ese momento nos trastoca para siempre..es quizás en instante en que nos sentimos más cercanas a Dios!

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Un instante mágico Dorotea el nacimiento de un hijo, de una vida. Sin duda un momento absolutamente inolvidable el ver por primera vez la carita de quien ya, antes siquiera de nacer nos ha enamorado.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Es cierto,esa relación sí que es única y el momento en que te ponen a tu niñ@ encima emocionante e inolvidable.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Asi es, ser madre es algo inenarrable, o por lo menos eso pensaba hasta que he leido los raltos de esta semana. Me alegro de que estes aquí. UN beso

    ResponderEliminar
  8. aaaahhh !!!
    un tipo de relación eterna e inconmensurable de puro dedicación y amor...

    ResponderEliminar
  9. Ahora, esa relación es inquebrantable. Aunque existan etapas turbias y conflictos. No es para menos, cuando una vida engendra a otra. Excelente, saludos

    ResponderEliminar
  10. Y cómo no saltar las lágrimas? Yo creo que hasta danzan en nuestros ojos! Has descripto el instante mágico en el que nace, o, empieza a correr su vida, una de las relaciones más intensas y bellas de nuestras vidas! Qué emoción, verdad?
    Besitos:
    Gaby*

    ResponderEliminar
  11. Es un momento en que todo está permitido, el llanto, la risa, la emoción!!! No hay nada más bello que el nacimiento de un hijo, nada más sagrado.
    Un hermoso relato.
    Un beso.

    ResponderEliminar